Se debe comunicar al médico cualquier tipo de fármaco o de suplemento que se utilice antes de iniciar la quimioterapia, para que el médico indique si debe dejar de tomar alguno de ellos.
Existen algunas restricciones alimenticias en el curso del tratamiento contra el cáncer.
Los alimentos crudos contienen bacterias en mayor medida que los cocidos y existe una mayor probabilidad de poder adquirir una infección que con un estado de defensas normal no se adquiriría. Por tanto, es recomendable evitar tomar alimentos crudos dado que la mayoría de medicamentos de la quimioterapia pueden provocar un descenso transitorio de las defensas.
Es importante reforzar las pautas de manejo seguro de los alimentos, como mantener limpias las manos y las superficies donde se preparan los alimentos, cocinar los alimentos a temperaturas adecuadas, refrigerar pronto los alimentos y mantener los alimentos crudos alejados de los alimentos preparados cuando se conservan en el frigorífico.
Algunos alimentos o suplementos nutricionales no se combinan de manera segura con ciertos medicamentos. La combinación de estos alimentos y medicamentos puede reducir o cambiar la eficacia del tratamiento o producir efectos secundarios que pueden ser importantes en casos muy concretos. Dos ejemplos clásicos son el zumo de pomelo que puede interferir en la eliminación de algunos medicamentos provocando un incremento de la toxicidad de los medicamentos que se eliminan a través de la misma vía metabólica, o el alcohol que puede también incrementar la toxicidad de determinados medicamentos en el transcurso de la quimioterapia.