El ejercicio físico es un excelente estímulo para revertir la hipertensión arterial especialmente en los estadios de HTA leve-moderada. Estos efectos se consiguen a través de ejercicios dinámicos aeróbicos o de resistencia, complementados con ejercicios de acondicionamiento muscular a intensidades moderadas.
Sin embargo, los ejercicios de características isométricas producen una mayor elevación tanto de la presión sistólica como de la diastólica. Por esta razón se deben evitar los ejercicios isométricos de intensidad elevada.