La carrera es un ejercicio que conlleva un mayor gasto de calorías, pero con el inconveniente de producir un mayor impacto a nivel de las articulaciones. Por esta razón, la carrera está indicada en aquellas personas que no tengan sobrepeso y que además tengan un buen desarrollo muscular en las piernas (miembros inferiores) y en la espalda. 

El ejercicio físico es un excelente estímulo para revertir la hipertensión arterial especialmente en los estadios de HTA leve-moderada. Estos efectos se consiguen a través de ejercicios dinámicos aeróbicos o de resistencia, complementados con ejercicios de acondicionamiento muscular a intensidades moderadas.

El acondicionamiento físico ayuda a equilibrar la dislipemia, reduciendo los niveles de colesterol total, de LDL-colesterol y de triglicéridos, y aumentando los de HDL-colesterol. El efecto neto global es una reducción del riesgo cardiovascular ante la mejora del perfil de los lípidos sanguíneos. 

El entrenamiento físico produce efectos que ayudan a controlar la diabetes, y muy especialmente la diabetes tipo 2. Estos efectos se centran los siguientes aspectos:

La práctica regular de ejercicio físico provoca algunos efectos que contrarrestan parcialmente parte de los efectos nocivos del tabaco.

El tratamiento de la obesidad se basa en dos pilares: una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio físico. Esta práctica debe incluir ejercicios tanto de resistencia (aeróbicos) como de acondicionamiento muscular, ya que en los pacientes obesos no solo está aumentado el peso graso, sino que el peso muscular también se encuentra reducido.

La práctica de ejercicio que más beneficios aporta frente al estrés es el ejercicio dinámico de moderada intensidad. Sin embargo, el ejercicio realizado a una intensidad elevada aumenta la liberación de catecolaminas (adrenalina) contribuyendo a elevar el nivel de tensión emocional. 

 Cálculo de kcal/ minuto de ejercicio = MTE x 3.5 x Peso (Kg) / 200