En general, el mantenimiento de estos tubos es fácil y se basa en mantener una higiene adecuada alrededor de su lugar de inserción. Limpieza de la zona de piel circundante con agua y jabón y tras el secado de la zona aplicar una solución de yodo (para tubos colocados en la pared del abdomen).
Es aconsejable pasar una jeringa con agua (10 mL) antes y (50 mL) después de cada ingesta, para mantener el tubo sin obstrucciones.
En caso de presentar algún problema como dolor o inflamación en la zona de inserción, u obstrucción que no mejor con las medidas sugeridas en el centro (puede probarse con una bebida de cola) se debería consultar con el equipo médico.