La pérdida de peso es rápida, del 5 por ciento del peso habitual en un mes o la pérdida involuntaria es de más del 10 por ciento en los últimos 6 meses. Se puede calcular como se indica:

Pérdida de peso(%)= (peso hab-peso actual)x100/peso habitual.

Además del peso y la talla, que permite saber el IMC y clasificar el estado es importante:

Sí.

No se deben tomar diariamente las mismas raciones del mismo alimento de cada grupo sino que hay que variarlos por dos razones:

Aunque los estudios no son concluyentes, se ha señalado que la fibra puede tener un efecto protector sobre el cáncer de colon, páncreas y recto. 

Los mecanismos para explicarlo son:

Las vitaminas tienen un papel antioxidante, así la A y la C se han relacionado con un efecto protector.

La Vitamina C, ejerce un efecto protector contra las nitrosaminas (producidas en los ahumados, productos para conservar alimentos) y esto protege contra el cáncer gástrico.

Últimamente está tomando importancia el selenio desde el punto de vista oncoprotector, al haberse encontrado una relación inversa entre el consumo de selenio y la mortalidad de varios tipos de cáncer.
Sin embargo el consumo de sal se relaciona negativamente con el cáncer gástrico.

El ácido eicosapentaenoico (EPA) es un ácido graso de la familia de los omega 3, que está en los pescados. Puede contribuir a mejorar incluso ayudar a normalizar algunas de las alteraciones de la enfermedad como es la pérdida de peso y falta de apetito, esto se ha visto en animales de experimentación.

Que se lleve un régimen dietético no significa que no se pueda comer fuera de casa, pero si es necesario tener en cuenta estos consejos:

Cuando no se alcanzan las necesidades calóricos necesarias, se pueden añadir suplementos nutricionales a la dieta (Botellas, Briks de 200-125 ml) que ayuden a alcanzar las necesidades calóricos 1,5-1,6 Kcal/ml necesarias con los nutrientes que se precisen . 

Para ello es necesaria la valoración nutricional. La valoración es un conjunto de técnicas utilizadas en la práctica clínica que permiten conocer el estado nutricional del paciente, clasificarlo desde el punto de vista nutricional y/o valorar el riesgo de complicaciones secundarias a su situación nutricional. La desnutrición se asocia con diversas complicaciones: