Una pérdida de peso rápida del 5 por ciento del peso habitual en un mes o la pérdida involuntaria de más del 10 por ciento en los 6 meses precedentes producen alteraciones funcionales en muchos órganos, siendo indicadores de riesgo de desnutrición.
La inadecuada ingesta durante más de 7 días también es un indicador de riesgo de desnutrición.